Las 10 más populares del día

30 ene 2011

La Sebastiana


Intérprete: Lolita
Título: La Sebastiana
Autores: Antonio Quintero / Rafael de León / Manuel López-Quiroga
Disco: …y ahora Lola. Un regalo a mi madre.
Año: 2005

“Cantando a mi madre he aprendido a llorar muchísimo”

Lolita

Dolores González Flores nació el 6 de mayo de 1958 en el madrileño barrio de Chamberí. Es la mayor de los tres hijos que tuvieron el matrimonio formado entre Lola Flores y Antonio González El Pescaílla.

Con sólo dos meses, sus padres se la llevaron en uno de sus espectáculos por América, lo cual la familiarizó desde el primer momento con el mundo artístico, pero la timidez en la adolescencia ocultó las cualidades que tenía para el arte, y muy a su pesar, en ciertos momentos tuvo que olvidarla para mostarla en acontecimientos familiares.

Después de trabajar en una tienda de regalos o de intentar ser azafata, una de tantas fiestas cambió su destino. En ella Lolita fue animada por su primo, el compositor José Ruiz Venegas, y por el guitarrista Paco Cepero, a decidirse al mundo de la canción. Pronto los directivos de una importante compañía discográfica le ofrecerían un contrato que aceptaría con muchas dudas, para finalmente terminar grabando su primer disco con sólo 17 años.

En 1975 grabó “Amor, amor”, un primer trabajo que llegaría a ser número uno en España y Latinoamérica. Ya en él incluiría una versión de la copla “Ay pena, penita” u otra flamenca de “La Saeta” de Antonio Machado que popularizó Joan Manuel Serrat.

Desde entonces, casi una veintena de discos forman su trayectoria, con temas cercanos a la balada, pero también al pop o a la rumba, y desde luego con particulares incursiones en el mundo de la copla.

A su trayectoria musical hay que sumar la de actriz, entre cuyos logros más destacados está el Premio Goya como actriz revelación por la película Rencor en 2002.

“Mi madre diría que ya era hora de que grabara estas coplas. Siempre me lo decía y por respeto a ella nunca las canté.”

Lolita


En 2005 se cumplían diez años de la muerte de su madre. Lola Flores moría el 16 de mayo de 1995 en “El lerele”, su casa de La Moraleja en Madrid, tras una larga enfermedad. Con motivo del décimo aniversario, Lolita le rendía homenaje en un disco en el que versionaba diez coplas de la irrepetible Faraona.

“El Lerele”, “La Sebastiana”, “Ay pena, penita”, “Limosna de amores”, “No me tires indiré”, “Un camino de flores”, “La Marimorena”, “A tu vera”, “María Belén Santa Juana”, “Los tientos del sombrero”, “La lotera” y “La Zarzamora” fueron las diez coplas elegidas con las que la mayor de los Flores quiso rendir tributo a su madre, aportándoles su particular visión.

Concibió el proyecto en clave intimista, con una instrumentación austera, casi de cuarteto de jazz y con aires flamencos, huyendo de los arreglos tradicionales de la copla y acercándose a los terrenos del bolero, del jazz o la rumba.

“La Sebastiana” es un particular tanguillo que Lola Flores grabó en 1948. Lo compusieron para ella el triunvirato formado por Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel López-Quiroga. Está inspirado en la madre de Estrellita Castro, llamada Sebastiana Navarrete, la cual debía ser una malagueña repajolera de aúpa. No sólo era conocida en su barrio, ya que en Sevilla también era popular por su graciosa verborrea, y hasta en Madrid, donde en 1936 llegó a tener un papel en una de las funciones de su hija en el Teatro Romea, haciendo de itálica, una participación que se aprendió de memoria y que recitó con su particular lenguaje.

También montó un espectáculo formidable en el primer viaje que hizo su hija a América, entre 1932 y 1933, en el que decidió acompañarle. La subida al barco supuso toda una odisea para La Sebastiana, quien se negaba a ser vacunada. El trámite se llevó a cabo convenciéndola de que todos los viajeros se sometían, gustosamente, a un pequeño y nada doloroso tatuaje, de modo que así pudo el practicante ponerle la inyección.

Este personaje, en su día a día, debía estar bastante alerta a los cuentos del barrio. Una maruja y una enteradilla que no perdía detalle de lo que hacía o dejaba de hacer el personal. Una mujer original, chismosa y alcahueta -según confiesa la letra-, pero igual de entrañable.

Esta copla comienza con La Sebastiana en el marco de su ventana “recién lavada y en matinée”. Rafael de León la describe con el crepé, los rizadores, el espejo y la peineta, en definitiva, una ama de casa de mediados del siglo XX en su punto álgido, que desde antes de amanecer, ya les iba leyendo la papeleta “a los tunos madrugadores”.

La Sebastiana se pasa el día diquelando y al linquindoy, dos expresiones populares con las que Rafael de León acierta absolutamente a describirnos los intereses de esta maruja andaluza. En caló, diquelar, significa estar pendiente de algo que te interesa, y estar al liquindoy, tener atención suma o estar alerta de algún asunto ajeno sin que se note demasiado.

Con estas dos expresiones, el poeta engancha directamente con lo popular y demuestra una vez más su finura y su categoría literaria.

Siguiendo con el personaje, la copla nos confiesa que La Sebastiana parece tener la suficiente astucia como para saber quién pasa o quién deja de pasar con sólo verle los pies: “Ay, que yo sé la gachí quién es / por aquellos pies, que es un alguacil / (…) / Ay, que yo sé, que por mi salud, / que no es Mari Luz la de esta mañana. / Ay, que lo pies eran de la Inés, / no hay quien se la dé a la Sebastiana.”

Aunque la copla siempre haya tenido fama de dramática, lo cierto es que cuando sus poetas se lanzaban a ironizar, no había quien les superase. Este tanguillo es una muestra de ello, por ejemplo, al decir que “Aunque tiene siete colchones / la Sebastiana no puede dormir, / porque dicen que los ratones… / ¡Que se le meten por la nariz!”. Y la Sebastiana se pone a matar esos ratoncillos dándoles con las babuchas y la palagana, y “Cuando acaban aquellas luchas / vuelve al acecho las Sebastiana”, al chismorreo y a vigilar el percal.

A pesar de todo, La Sebastiana es un personaje entrañable que seguramente todos reconocemos en mayor o menos grado en nuestra vida diaria. Andaluza, porque no se olvida de llevar la peineta, y pícara porque sabe más que el diablo.

Si la madre de la genial Estrellita Castro era como nos la describe esta copla, es fácil entender la teatralidad y la capacidad innata de la hija para el espectáculo, así como su arte repajolero.

Hay que subrayar la delicadeza de ciertos términos con los que Rafael de León fue bordando este poema. A parte de expresiones como diquelando y al liquindoy, términos como matinée (en castellano matiné, que hace referencia a una fiesta, reunión o espectáculo que se da a primeras horas de la tarde), crepé (que es un tejido de lana, de seda o de algodón de superficie rugosa) o endiñé (que hace referencia a asestar un golpe de una manera muy andaluza), demuestran el nivel intelectual de los compositores de este género, la necesidad de aunar lo exquisito y lo popular, en este caso, a favor de aportar a la copla ironía y un aire cool a la maruja de barrio que la protagoniza.

Lolita quiso hacer por rumbas estos tanguillos, con arreglos que están entre el pop y el flamenco, donde no faltan algunos metales que le aportan los aires festeros a los que nos tiene acostumbrados la mayor de los Flores.

También es reseñable la portada del disco, ocupada por una íntimista fotografía en tonos ocres de madre e hija besándose, con la que la intérprete quiso simbolizar este reencuentro musical en el décimo aniversario de la muerte de La Faraona.

La letra que se publica, es la original, que con respecto a la versión que grabó Lolita, tiene mímas pero significantes diferencias. También en su día la versionaron Enrique Montoya en 1962 y Raphael en 1993. En cualquiera de los casos, merece la pena disfrutar de estos tanguillos de Cádiz que nos demuentras una vez más, la verstilidad de un género al que le caben todas las contingencias.

En el marco de su ventana
recién lavada y en matinée,
aparece la Sebastiana,
antes con antes de amanecer.

Que el crepé, que los rizadores,
que el espejito, que la peineta…
y a los tunos madrugadores
les va leyendo la papeleta.

Ay, que te vi. ¡Deja, que te vi!
Te he visto de entrar. Te he visto salir.
Ay, que yo sé la gachí quién es
por aquellos pies, que es un alguacil.

Sebastiana está diquelando.
Sebastiana está al liquindoy,
y adivina del qué y del cuándo,
del sube y baja, del vengo y voy.

Ay, que yo sé, que por mi salud,
que no es Mari Luz la de esta mañana.
Ay, que lo pies eran de la Inés,
no hay quien se la dé a la Sebastiana.

Aunque tiene siete colchones
la Sebastiana no puede dormir,
porque dicen que los ratones…
¡Que se le meten por la nariz!

Que el zapato, que la babucha,
que te endiñé con la palangana.
Cuando acaban aquellas luchas
vuelve al acecho las Sebastiana.

Ay, que te vi. ¡Deja, que te vi!
Te he visto de entrar. Te he visto salir.
Ay, que yo sé la gachí quién es
por aquellos pies, que es un alguacil.

Sebastiana está diquelando.
Sebastiana está al liquindoy,
y adivina del qué y del cuándo,
del sube y baja, del vengo y voy.

Ay, que yo sé, que por mi salud,
que no es Mari Luz la de esta mañana.
Ay, que lo pies eran de la Inés,
no hay quien se la dé a la Sebastiana.

Web de Lolita

28 ene 2011

El emigrante


Intérprete: Valderrama
Título: El emigrante
Autores: Manuel Sánchez Serrapí / Juan Valderrama Blanca / Manuel Santaoballa Pitto
Disco: Tatuaje 2
Año: 2003

“Creo que he sido el único artista al que Franco, que era muy serio, le tocó las palmas y le pidió un bis. Fue con el ‘El emigrante’”.

Juanito Valderrama

Juan Antonio Valderrama Caballero, nació en Madrid el 24 de junio de 1972. Es el menor de los hijos de la célebre pareja artística y sentimental formada por Juanito Valderrama y Dolores Abril.

Aunque desde niño convivió con la música de sus antecesores, incluidos por méritos propios en la historia de la copla y el flamenco, terminó licenciado en periodismo por la Universidad de Navarra antes de que diera comienzo su carrera musical.

Su debut fue en 2002 con un álbum titulado “La memoria del agua”. Con él se inició en un estilo cercano a la música de autor y siguiendo los pasos de su padre, no exento de bolero, de copla o de flamenco. Un trabajo en el que colaboró Ana Belén o Vicente Amigo y en el que dedicaba una copla a Juanito Valderrama de título “Canción para mi padre” o una rumba a Joaquín Sabina.

“Alfileres” (2004), “Ilusión” (2006) o “Moderna tradición” (2009) serían sus siguientes trabajos, en los que no faltarían letras de Rubén Díaz Levaniegos o José Luís Perales, versiones como la del “Por qué te vas” o de coplas de su padre como “Guitarra mía” u “Horas bajas”. También una pieza dedicada a Dolores Abril titulada “La mujer de canela”, así como experimentaciones con sonidos étnicos y sinfónicos que marcarían su proceso.

A ello habría que sumar una gira junto a Clara Montes titulada “Memoria del Sur”, su incursión en el cine de la mano de José Luís García Sánchez interpretando al padre Luís en la película “Franky banderas”, la creación de su propio sello discográfico o la edición de un libro escrito junto a su mujer, Rosa Peña, titulado “Los Chicos” dedicado al emblemático grupo español.

En 1999 la compañía discográfica BMG decidía apostar por una revisión original de la copla en un disco llamado “Tatuaje” (1999), ofreciéndola a través de artistas relevantes que ocupaban durante aquellos años el panorama musical. De este modo, quedaron registradas las particulares versiones de Antonio Carmona, Enrique Bunbury, Rosario Flores, Luís Eduardo Aute, Antonio Vega, Joaquín Sabina, Marta Sánchez, Andrés Calamaro, Cristina del Valle, Victor Manuel, Malú, Javier Álvarez, Navajita Plateá o Ana Belén en coplas de la talla de “Ojos verdes”, “Con el alma en los labios”, “Te lo juro yo”, “Falsa monea”, “Ay pena, penita”, “La bien pagá”, “Y sin embargo te quiero”, “Rocío”, “María de la O”, “La Parrala”, “A tu vera”, “Ay Maricruz”, “Consolación la de Utrera” o “Tatuaje”.

Cuatro años más tarde se volvía a repetir la experiencia con nuevos artistas y nuevas coplas en un disco titulado “Tatuaje 2” (2003). Valderrama colaboraba en este proyecto haciendo su particular versión de la copla más emblemática de su padre, “El emigrante”. En el disco también participaron Chonchi Heredia, Diego El Cigala, Papá Levante, Lolita, Andy & Lucas, David Bisbal, Diego Torres, Pasión Vega, Lichis, Chenoa, Carmen París o Arturo Pareja Obregón, que versionaban piezas del repertorio clásico como “Francisco Alegre”, “Suspiros de España”, “Limosna de amores”, “Callejuela sin salía”, “La Lirio”, “Triniá”, “La zarzamora”, “Malagueña salerosa”, “Romance de la Reina Mercedes”, “El beso”, “No te mires en el río” o “Dime que me quieres”.

Valderrama hijo, decidía enfrentarse al reto de versionar una copla que su padre había convertido en un emblema de la posguerra española con la consiguiente responsabilidad que ello suponía.

“Y si decimos Doña Concha Piquer, ¿por qué no hemos de decir Don Juan Valderrama? Tiene, evidentemente, el don de la palabra, de la voz popular. No se ha reconocido aún, pero es el primer cantautor de España a la medida de las hambres de la postguerra.”

Antonio Burgos


Juanito Valderrama (1916-2004), fue un prolífico cantaor español de flamenco y copla. Trabajó en el campo hasta que La niña de la Puebla se lo llevó en su espectáculo en 1934. Un año más tarde, comenzaría su carrera profesional a poco de estallar la Guerra Civil. Se alistó en un batallón de la CNT al iniciarse el conflicto y en él actuó para combatientes y heridos, hasta que en 1937 grabó su primer disco para la casa Columbia.

En 1943 fue contratado por Concha Piquer para el espectáculo Retablo español. Ambos debieron tener alguna discusión a causa del carácter soberbial de la admirable valenciana, pero finalmente Juanito Valderrama montó su propia compañía y llevo a cabo espectáculos de autores como Ochaíta, Valerio y Solano o Quintero, León y Quiroga, adentrándose en la copla o en lo que algunos puristas denominaron casi de forma despectiva durante un tiempo ópera flamenca.

"Ser la mujer de Juanito Valderrama ha significado ser la segunda. Como lo quería tanto, no me importaba ser la cola del león. Él era el león. Nunca me arrepentí."

Dolores Abril

Conoció a Dolores Abril en los años 50, con quien formó pareja artística y sentimental y quien le daría dos hijos, Juan Antonio Valderrama Caballero y Juana Dolores Valderrama Caballero.

También intervendría como actor-cantante en siete exitosas películas y editaría una extensa y rica discografía.

“Con ‘El emigrante’ yo fui el primer cantautor que hubo en España. El primero que llegó al gran público con una letra que había escrito él mismo y donde se recogían los sentimientos, las alegrías y las penas de todo un pueblo. Cómo será la fama de ‘El emigrante’, que de esa canción hasta Franco me pidió un bis.”

Juanito Valderrama

A finales de los años 40, cuando España estaba inmersa en una trágica posguerra, Juanito Valderrama daba forma a una copla que en poco tiempo se convertiría en un emblema: “El emigrante”.

Fue en 1948 cuando el artista de Torredelcampo compuso el mayor de sus éxitos. Cuentan que fue en el transcurso de una gira por España, con su espectáculo Redondel, cuando en uno de los momentos de la función, acompañado a la guitarra por el Niño Ricardo (quien firma la copla como Manuel Sánchez Serrapí), este, improvisó unas notas que el cantaor le pidió que no olvidara.

“Un día, el guitarrista Niño Ricardo, uno de los más grandes en su género, improvisó unas notas que alimentaron la inspiración de Juanito, hasta el punto de que, ‘por lo bajinis’, le susurró que no las olvidara, con las que minutos después, ya en el camarín, compuso unas estrofas, aquellas que luego rezarían así: ‘Adiós, mi España querida, dentro de mi alma, te llevo metía…’”

Manuel Román


Aquellos días el cantaor estaba en vísperas de realizar su primer viaje a América. Quizá pensar en los compatriotas que vivían contra su voluntad fuera de España o en la cantidad de españoles que tuvieron que exiliarse por la situación política del país, le sirvió como temática.

Unos días después de haber abocetado algunas ideas en aquel camerino de Ponferrada tras el inspirado momento, encontrándose de gira en Tánger, camino de Larache, en una factura de hotel, Juanito Valderrama culminó la letra de “El emigrante”.

“Hombre de filias republicanas, en cuyo bando estuvo alistado durante la guerra, escribió esta canción que, sin duda, se convirtió en himno de todos los exiliados republicanos por todos los márgenes de la España de Franco y dentro del miedo y el silencio de sus fronteras.”

Manuel Francisco Reina


Juanito Valderrama es considerado por muchos uno de los primeros cantautores españoles. Hay que señalar a este cantaor como uno de los primeros intérpretes que saltaron la barrera de la interpretación y que se arriesgaron a componer un repertorio propio de forma comprometida.

Escritores como Manuel Vázquez Montalban o Terenci Moix, el cantautor Joan Manuel Serrat, el director de cine Basilio Martín Patino o el periodista Antonio Burgos, han señalado “El emigrante” como uno de los más importantes testimonios musicales de la posguerra española, refiriéndose a él como la banda sonora de una generación y de una época. Todo un himno.

“El emigrante” es un bolero flamenco, aparentemente sólo sentimental, pero que guarda tras ese sentimiento de origen una profunda crítica a la situación política de dictadura y represión que se vivió en España durante aquellos años. Bien podríamos afirmar que esta copla es una de las primeras canciones protesta que se escribieron en el país, y Juanito Valderrama, unos de los primeros cantautores.

“A Franco le encantaba ‘El emigrante’. Decía que era muy patriótica. No debía darse cuenta de que esa canción iba en contra de su política, pues su argumento no era otro que el de tantos exiliados españoles que vivían fuera de España en la posguerra. Durante años, cada 18 de julio me enviaban desde el palacio de El Pardo una invitación para acudir a otro palacio, el de La Granja, al aniversario del comienzo del Alzamiento Nacional, por cuyo motivo se celebraba una gran fiesta en sus jardines con asistencias de todo el Cuerpo Diplomático y grandes personalidades del Régimen. A aquella recepción íbamos muchos artistas de la canción española. Y yo tenía que cantar siempre ‘El emigrante’, pues sabía que a Franco le gustaba, incluso tuve una vez que hacer un bis.”

Juanito Valderrama


A pesar del título de la copla, el propio artista llegaría a afirmar que en aquel momento en España no había emigrantes, si no exiliados. Su letra llegaba directamente al corazón de quienes habían sufrido su argumento, debido a lo cual el éxito de esta copla fue arrollador y rápidamente se convirtió en el carnet de presentación del cantaor jienense, pasando de forma inmediata a formar parte de la banda sonora de la historia de España.

Fue grabada y editada hacia 1950 en un EP de la casa Columbia, junto a tres coplas más de Quintero, León y Quiroga: “Madre hermosa”, “Como una hermana” y “Pena mora”.

También “El emigrante” hizo su incursión en el cine, dando nombre y sentido a una película dirigida por Sebastián Almeida que se editó en 1958 con Juanito Valderrama de protagonista. Hay que puntualizar que la letra en su versión cinematográfica, fue parcialmente modificada para que cobrase sentido absoluto con el argumento del film.

Ver escena de la película “El emigrante”

Juanito Valderrama confesaría tiempo después que el comienzo de la copla era bastante chocante. A la estrofa “Tengo que hacer un rosario / con tus dientes de marfil” el respondería años más tarde: “Ahí, tengo que reconocer que me pasé…”.

A pesar de lo escabroso, no deja de ser hermosa la forma en la que el emigrante quiere llevarse el recuerdo de su novia al exilio y convertir sus dientes en cuentas de marfil con las que hacer un rosario “para que pueda besarlo” al estar lejos de ella.

Sobre esas cuentas divinas, “hechas con nardo y jazmín”, rezará a la Virgen de San Gil. La elección de esta virgen es significante, ya que es la Patrona de Torredelcampo, pueblo natal del cantaor.

El estribillo es el verso más emblemático y conmovedor, ese que dice el popular “Adiós, mi España querida, / dentro de mi alma te llevo metida. / Aunque soy un emigrante, / jamás en la vida yo podré olvidarte.

Salió de su tierra y lloró al mirar hacia atrás, dice la copla que fue “porque lo que más quería / atrás me lo iba dejando”. Siempre con su rosario entre la manos, con recuerdos y con penas, rumbo a lo desconocido.

Al llegar al nuevo territorio el emigrante se confiesa: “Yo soy un pobre emigrante / y traigo a ésta tierra extraña, / en mi pecho un estandarte / con la alegría de España”.

A su sincera presentación le sigue otro sentimiento sincero y deja claro que sueña con volver: “Con mi patria y con mi novia, / y mi Virgen de San Gil, / y mi rosario de cuentas / yo me quisiera morir.”

A raíz de “El emigrante”, de inmenso éxito y profundo sentimiento popular, fueron varios los artistas que grabaron coplas de temática similar. Cuando Antonio Molina, por ejemplo, grabó varios años más tarde el “Adiós a España”, a Juanito Valderrama no debió de sentarle demasiado bien, puesto que aquella copla era una copia de la suya.

Valderrama hijo en 2003, más de 50 años después de que fuera compuesta por su padre, por Manuel Sánchez Serrapí ‘Niño Ricardo’ y por Manuel Santaoballa Pitto, grabó una magnífica versión de la misma, en la que era imposible desligar su voz de la del genial cantaor, ese que “debajo de aquel sombreo / sabe Dios lo que mezcló”.

Otras versiones de “El emigrante” las han registrado Juan Legido, Manolo Escobar, Alejandro Conde, Emilio El Moro, Felipe Campuzano, Dario Moreno, Gloria Lasso, George Dalaras, La Lupe, Luís Garzón, El Pele y Vicente Amigo, José El Francés y Niño Josele, Juan Gamero, El Chaval de la Peca o diversas orquestas sinfonicas.

Con el único vestido de una guitarra flamenca y una delicada voz que susurra y juega con los silencios, Valderrama vuelve a emocionarnos con esta copla como ya lo hiciera su padre a aquellas almas en pena de la posguerra.

Me voy a hacer un rosario
con tus dientes de marfil,
para que pueda besarlo
cuando esté lejos de ti.

Sobre sus cuentas divinas
hechas con nardo y jazmín,
rezaré para que me ampare
aquella que está en San Gil.

Adiós, mi España querida,
dentro de mi alma te llevo metida.
Aunque soy un emigrante,
jamás en la vida yo podré olvidarte.

Cuando salí de mi tierra
volví la cara llorando,
por que lo que más quería
atrás me lo iba dejando.

Llevaba por compañera
a mi Virgen de San Gil,
un recuerdo y una pena,
y un rosario de marfil.

Adiós, mi España querida,
dentro de mi alma te llevo metida.
Aunque soy un emigrante,
jamás en la vida yo podré olvidarte.

Yo soy un pobre emigrante
y traigo a ésta tierra extraña,
en mi pecho un estandarte
con la alegría de España.

Con mi patria y con mi novia,
y mi Virgen de San Gil,
y mi rosario de cuentas
yo me quisiera morir.


Web de Valderrama
Video de Valderrama cantando “El emigrante”

22 ene 2011

Mi niña Lola


Intérprete: Buika
Título: Mi niña Lola
Autores: Andrés Molina Molés / José Torres Garzón / Luís Rivas Gómez
Disco: Mi niña Lola
Año: 2006


“Crecí entre gitanos, con la copla que se colaba por la ventana de mi casa.”

Buika

María Concepción Buika es una cantante de origen guineano que nació en Palma de Mayorca el 11 de mayo de 1972. Su apellido es su nombre artístico, aunque muchos la llaman Concha (se lo pusieron por su abuela Concepción) y confiesa que su nombre tribal es Kitailo.

No hay más que ver la calidez de su piel oscura dominada por los golpes de sombras y luces, su mirada dura y su pelo herido de carbón, para darse cuenta de cual es la magnitud de la intensidad de la música que hace esta mujer.

Sus padres se exiliaron a las Islas Baleares a causa de su ideología política. Aunque los antecesores de este ángel negro sean originarios de Guinea Ecuatorial, se crió junto a seis hermanos en un barrio chino de Palma y creció entre gitanos y ambientes flamencos.

En un viaje a Londres para estudiar interpretación, la invitaron a un concierto de Pat Metheny que marcó su vida. Fue en ese momento cuando comenzó la carrera musical de Buika, participando en bandas locales, dúos o tríos formados por músicos americanos o mallorquines como Miguel Rodríguez, Jacob Sureda, Noah Shaye, Ben Stivers, Cacho Montes, Mark Rossi, Israel Sandoval u Óscar Guerrero.

Los 90 le traerían colaboraciones teatrales como la de “Ombra” de La Fura dels Baus o su participación en la banda sonora de “Km. O”, dirigida por Rafael Albero y con música de Joan Bibiloni. En este tiempo también arreglaría y compondría temas como “Ritmo de voçe”, “Up to the sky” o “Living you”, que aunque a primera vista puedan parecer lo más alejado de la copla, ante ellos la artista hispano-guineana nunca perdería sus referencias musicales al ámbito de este género.

El nuevo siglo le traería actuaciones en el Café Barcelona, el Blues Ville de Palma o en diversas salas de pequeño formato de Madrid. Casinos de Las Vegas como Luxor, Harra’s o Gold Coast la vieron curtirse como interprete, en algunas ocasiones incluso imitando a Tina Turner ante jubilados americanos en un espectáculo por el que cobraba a cien dólares la noche. También en estos años actuó junto a Rachelle Ferrell en el Blue Note.

“Nunca había estado en un lugar tan deshumanizado como Las Vegas. Vivía en un barrio en el que mi vecina estaba embarazada de gemelos y vendía crack. Y los tiroteos en mi barrio eran continuos. No entendía nada del entorno, absolutamente nada. Todo era como un sueño de Kafka. Pero era un mal sueño del que uno puede disfrutar.”

Buika


Su garganta fue bebiendo del sould, de jazz, del flamenco, del bolero, de la copla o del funk, hasta que en 2000 editó un primer y desconocido disco titulado “Mestizüo” (2000) junto al pianista Jacob Sureda.

No fue hasta años después cuando se dio a conocer al gran público. Primero editó “Buika” (2005), un trabajo de escasa repercusión en el que su mestizaje dio vida a “Jodida pero contenta”, “New afro spanish generation”, “Soleá de libertad” o “Échate a mi vera”.

Pero el gran éxito le llegaría un año más tarde con un disco titulado “Mi niña Lola” (2006). Fue el primero que le produjo Javier Limón y en él revisaba títulos clásicos de la copla como “Mi niña Lola”, “Ojos verdes” o “Te camelo”, aportándoles un aire nostálgico y racial con novedosos arreglos de jazz. También rescató algún clásico latinoamericano como “Nostalgias” o flamencas obras inéditas del estilo de “Triunfo”, “Ay de mi primavera”, “A mi manera” o “Bulería alegre”, todas ellas impregnadas de su aprendizaje anterior, lleno de música negra.

“África, América y Andalucía nutren la voz de Buika haciendo de ella un maravilloso instrumento musical con el que nos roba el alma. Buika combina el ritmo africano y su sentido primitivo del arte con la armonía y la modernidad del jazz más vanguardista, además una infancia junto al pueblo gitano dota a sus composiciones de un sabor flamenco y racial.”

Javier Limón


“Mi niña Lola” es una bella zambra flamenca que a mediados del siglo XX editó el cantaor sevillano Pepe Pinto. Fue un prolífico cantaor nacido en Sevilla en 1907 que contrajo matrimonio con la también revolucionaria Pastora Pavón, popularmente conocida como La Niña de los Peines.

Dentro del ámbito de la copla hay que situar a Pepe Pinto como un cantaor que decidió experimentar con el flamenco y hacer lo que en una época algunos puristas denominaron casi con matices despectivos flamenco sinfónico u ópera flamenca. Aquellas orquestaciones de historias cotidianas fueron piezas que pronto pertenecerían al ámbito de la copla. Ejemplos y paradigmas de ello pueden ser “La niña de fuego”, “La Salvaora”, “Romance de Juan Osuna”, “Compañera y soberana”, “Mi niña Lola”, “El emigrante”, “Pena mora”, “El cristo de los faroles”, “Una paloma blanca”, “El agua del avellano”, “La hija de Juan Simón”, “Maldigo tus ojos verdes”, “Rosa venenosa”, “Sendas del viento” o “Campanas de Linares”.

Muchos han sido los cantaores que a lo largo de los años han cultivado la copla rompiendo con la tradicional pureza que el flamenco le exigía. Coetáneos a Pepe Pinto fueron Pepe Marchena, Manolo Caracol, Carmen Amaya, Juanito Valderrama, Gracia de Triana, La Niña de la Puebla, Rafael Farina, El Príncipe Gitano, La Paquera de Jerez, Antonio Amaya, Enrique Montoya o Antonio Molina.

“Los puristas del flamenco no le perdonaron (a Pepe Pinto) lo que para ellos era desperdiciar sus capacidades naturales para el cante jondo, a pesar de lo cual el tiempo le hizo justicia, tuvo gran éxito tanto en el flamenco como en la zarzuela y la copla, participando en importantes y exitosos espectáculos.”

Manuel Francisco Reina


En 1956 Pepe Pinto editó para el sello Columbia un EP con cuatro piezas. El vinilo lo componían dos zambras flamencas tituladas “Tiene carita de cera” y “Mi niña Lola”, así como una canción-bolero de nombre “El pordiosero” y una zambra-farruca de título “Qué falsa eres”. Todas ellas de destacado carácter flamenco junto a la guitarra de Manolo Carmona y con arreglos de orquesta.

Destacaba en este EP una sentimental obra titulada “Mi niña Lola” firmada por los compositores Luís Rivas Gómez, Andrés Molina Molés y José Torres Garzón. Buika la recuperó 50 años después de su primera grabación incluyéndola en su segundo álbum, al que además daba título, “Mi niña Lola” (2006).

El poema trata en primera persona la historia de un padre que intenta consolar a su hija, de nombre Lola, a la que intuye triste. Comienza con un “Dime por qué tienes carita de pena” y sigue con insistentes palabras pidiéndole a Dolores, “santa y buena”, que le cuente lo que le preocupa: “Cuéntale a tu padre lo que a ti te pasa. / Dime lo que tienes reina de mi casa.”

El padre termina confesándole que no sabe dónde esta su madre, posible motivo de tristeza, pero ella se mantiene en sepulcral silencio: “Tu madre, la pobre, no sé dónde está. / (…) / ¡Dime lo que tienes! / ¡Dime la verdad!”.

El preocupado patriarca ejerce las veces de madre. La tristeza de Lola se confiesa en el poema cuando dice que “ya no tiene la carita del color de la amapola” y de nuevo le reclama explicaciones para intentar consolar su dolor reiterando “tú no me ocultes tus penas” o “cuéntame tus amarguras”.

Reza “a la Virgen que está en la ermita” y hasta duda de si la habrá engañado algún hombre, pero Lola llora sin confesar y él casi gime un estremecedor “hija de mi alma, no me llores más”. Lo único que puede ofrecerle es su amor y compañía ante la rabia de la pena que la destroza, por eso le dice: “Mi niña Lola… / Mientras que viva tu padre, no estás en el mundo sola.

Es curioso que en los años cincuenta se hicieran en España coplas en las que un padre narrase en primera persona una historia tan íntima y personal, teniendo en cuenta el contexto de dictadura y el machismo imperante.

Como anécdota contaremos que cuando en 1956 Pepe Pinto grabó esta copla, en vez de decir “Dime” decía “Dirme”, un localismo o vulgarismo que Buika no quiso mantener y que Pepe Pinto registro también en otras coplas como “Válgame Dios compañera”.

Hay que señalar lo curioso de que en el EP de Pepe Pinto (o Pepe "El Pinto", como cita la carátula), hubiera otra zambra titulada “Tiene carita de cera”. Por la forma literaria, musical y temática, podría considerarse esta copla la parte anterior a “Mi niña Lola”. La letra se refiere a una hija, “Hija mía de mi alma, tú no me llores”, y dice de ella que “tiene penitencia de triste amargura”. Cuenta el poema que “era como el alba / de pura tu frente / pero la mancharon / los que te compraron / con falsas monedas / tu flor de mujer”. Quizá la historia que narra esta primera copla sea el desencadenante que da sentido a "Mi niña Lola" y el motivo por el cual está triste la pequeña Dolores.

En cualquier caso, Buika la editó en 2006 en un disco producido por Javier Limón que llegó a ser Mejor disco de canción española en 2007. Los arreglos de jazz que vistieron “Mi niña Lola” le aportaron un novedoso aire racial lleno de matices nostálgicos. La producción contó con una banda en la que resalta un íntimo piano, un chelo, una leve percusión casi en forma de bolero y sonidos sinfónicos que pronto convertirían esta pieza en una obra maestra, así como en todo un clásico del que nos enamoramos generaciones enteras.

El videoclip en el que Buika sale cantando esta zambra flamenca, se desarrolla en lo que podía ser un antro americano de los años 80, como si la hispano-guineana fuera una diva del jazz y de la música negra que canta copla.

Versiones de “Mi niña Lola” las hemos podido disfrutar en las voces de Pepe Pinto, Buika, Pedro Guerra, María Llamas de Córdoba, María Espinosa o Antonio Cortés.

Quien la bautizó como El ángel negro de la copla, supo bien venerar todos los sonidos con los que Buika impregna esta música popular nuestra, abriéndola al mundo con sus cadencias de sould, de jazz, de flamenco, de funky o de bolero.

Gracia Montes dice que es “grandísimo, importantísimo” que una hispano-guineana cante copla. Buika es el ejemplo innegable de que a este género le caben todas las contingencias, que avanza junto a los significantes de la época y que está en continuo proceso cambio, evolucionando y revolucionándose a sí mismo siempre.

Nuestra música popular es aquella que habla de nuestra historia y de nosotros mismos. Sucede que en Andalucía lo popular es vaguardista y exquisito, por eso hay que bendecir la hora en la que Buika grabo esta copla, porque gracias a ella pasaremos a la historia como hombres de criterio y buen gusto.

Dime porqué tienes carita de pena.
¿Qué tiene mi niña siendo santa y buena?
Cuéntale a tu padre lo que a ti te pasa.
Dime lo que tienes reina de mi casa.

Tu madre, la pobre, no sé dónde está.
Dime lo que tienes, dime lo que tienes…
¡Dime lo que tienes! ¡Dime la verdad!

Mi niña Lola, mi niña Lola…
ya no tiene la carita del color de la amapola.

Tú no me ocultes tus penas,
penas de tu corazón.
Cuéntame tus amarguras
para consolártelas yo.

Mi niña Lola, mi niña Lola…
se le ha puesto la carita del color de la amapola.
Siempre que te miro, mi niña bonita,
le rezo a la Virgen que está en la ermita.
Cuéntale a tu padre lo que te ha pasado,
dime si algún hombre a ti te ha engañado.

Hija de mi alma, no me llores más,
Dime lo que tienes, dime lo que tienes…
¡Dime lo que tienes! ¡Dime la verdad!

Mi niña Lola, mi niña Lola…
mientras que viva tu padre, no estás en el mundo sola.


Web de Buika
Video de Buika cantando “Mi niña Lola”
Video de Buika cantando “Mi niña Lola” (directo)

9 ene 2011

Con divisa verde y oro


Intérprete: Pasión Vega
Título: Con divisa verde y oro
Autores: Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel López-Quiroga
Disco: Con el alma en los labios
Año: 1997


“Pasión Vega no hace arqueología de la copla. Hace vida, de ahora, de siempre. Ha tenido el valor de quitarle el abanico y la bata de cola a nuestras canciones. Belleza a solas.”

Antonio Burgos


Nacida en Madrid pero criada en Málaga y afincada en Cádiz, Ana María Alias Vega -así es su nombre real- a los tres años comenzó a cantar, primero en la parroquia de su barrio y más tarde coplas en concursos de radio, haciendo versiones de los clásicos. Desde 1994 hasta 1996 participó en multitud de concursos radiofónicos y televisivos, obteniendo en la mayoría de ellos la primera posición: Málaga canta, Sueño malagueño, Pasa la vida o Festival de Benidorm fueron algunos de ellos.

Los primeros triunfos la premiarían con la grabación de su primer vinilo, “Estos detalles” (1994). Como consecuencia de sus éxitos surgiría la primera grabación discográfica profesional, “Un toque de distinción” (1996). A este disco de boleros y canción melódica, le seguirían dos de clásicos de copla titulados “Con el alma en los labios” (1997) y “Corona de perlas” (2000). Todas estas producciones musicales conforman su primera etapa artística, bajo la producción de Diego Ibáñez en la compañia discográfica andaluza La voz del Sur.

A partir de ese momento comenzaría una carrera inédita muy personal con la multinacional BMG, en la que haría música de autor, una copla nueva con cadencias de jazz, de pop y de flamenco, que serviría de guía a muchas de las artistas coetáneas del género.

“Habría que redefinir lo que es copla. Yo me siento identificada con una Andalucía más moderna o más actual y por eso no llevo mantilla ni peineta”.

Pasión Vega


Los primeros triunfos sobre las tablas del Teatro Lope de Vega de Sevilla y el Teatro Cervantes de Málaga la encumbraron como intérprete. Sus particulares formas para la copla, con una dicción y un afinamiento admirables, sorprendieron positivamente a la crítica, además, por ser la primera artista que interpretaba este género sin peineta, mantilla o bata de cola, con el pelo corto y trajes de alta costura de gusto sencillo, sin estridencias ni flolclorismos arquetípicos.

Era fácil entender que Pasión Vega tuviera más que sabida la lección de los últimos años de historia de este género y que fuera conocedora de la impresionante evolución que Carlos Cano o Martirio venían desarrollando años atrás. Muestra de ello era su posicionamiento musical en la copla, dando vida a títulos inéditos como “Una copla pa’ la Lola”, “La Reina del Pay-Pay”, “Amor de contrabando”, “Cómo te extraño”, “La vida en gris”, “Teresa”, “La calle del almíbar”, “Curro agujetas”, “Tan poquita cosa” o “Lunares”.

“Tiene el valor de estar donde está sin hacer la menor concesión al tópico. Ahí es nada, aguantar a pie firme en el escenario el chimpún del puente musical de cada copla, sin paseítos, sin bata de cola, sin abanico. Como pidiendo perdón por lo bien que lo está cantando.”

Antonio Burgos


Entre los dos discos de clásicos que grabó durante sus primeros años de carrera se encuentra “Con el alma en los labios” (1997), una producción dirigida por Diego Ibáñez en la que se revisan desde coplas menos conocidas como “Sentimiento”, “Triana, Triana”, “Ay, mi Córdoba” o “La Salinera” hasta “Ojos verdes”, “Con el alma en los labios”, “Habaneras de Cádiz”, “Me embrujaste”, “Mañana sale”, “Como a nadie te he querido” o “Dime que me quieres”.

Entre todas ellas se encuentra un hermoso pasodoble taurino titulado “Con divisa verde y oro”. Esta elegante pieza compuesta por el triunvirato formado por Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel López-Quiroga era un número que incluyó Concha Piquer en uno de sus espectáculos titulado “Salero de España” y que presentó en 1953 en el Teatro Álvarez Quintero de Sevilla. Más tarde lo paseó por un buen número de ciudades del mundo y fue por aquellos años cuando se hizo célebre la frase “viajas más que el baúl de La Piquer”.

Sus autores, los exquisitos Quintero, León y Quiroga, dedicaron este pasodoble a la insigne ganadera de Salamanca Pilar Sánchez Hernández, más conocida como Pilarín Coquilla (1907-2005). Fue hija de uno de los ganaderos más importantes de campo charro, Paco Coquilla. Mujer moderna y de ideales liberales, montaba a caballo, participaba en tientas, toreaba, fumaba o conducía coches.

Su prestigio entre ganaderos, toreros, artistas y aficionados, trascendió al pueblo y su memoria, no sólo quedó inmortalizada en esta copla, sino que además fue retratada por el pintor Daniel Vázquez Díaz, para quién posó en 1949 como modelo de un cartel de taurino.

Los toreros que acudían a tentar a su finca ponderaban sus encantos y más de uno bebió los vientos por ella. Nadie sabía cuando se estrenó esta copla, que la “ganadera salmantina" de la que habla era Pilarín Coquilla, ni tampoco que ese “chiquillo de Osuna que quería ser torero” pudiera ser Joaquín Rodríguez Ortega Cagancho (1903-1984), el torero gitano que dicen que quiso conquistarla para siempre y que a punto estuvo de conseguirlo.

En concreto, el poema de la copla que se inicia en enero, habla de un joven de Osuna que quiere ser torero y que nombra como madrina a una ganadera de Salamanca. La letra no da nombres, pero la cuestión es que en el desarrollo de la historia ella empieza a enamorarse de él y él le promete matrimonio si consigue dinero y fama: “Ganadera salmantina, / yo la nombro por madrina, / que, el dinero y el cartel, / si algún día los consigo, / pongo al cielo por testigo / que me caso con usted”.

Toda la cortesía del chiquillo se centra en advertirle precaución: “Ganadera con divisa verde y oro, / ten cuidado, / que el amor no te sorprenda como un toro / desmandado”. Y aunque el de Osuna “adivina / la locura de un ‘te adoro’” en sus ojos, la ganadera aguanta “como una encina” las formas, todo por hacienda, prestigio y apellido.

Para cuando él es un torero consagrado ella ya está absolutamente enamorada y aunque, caballero y galán, cumple su palabra pidiéndole matrimonio hasta en tres ocasiones, ella se niega. El motivo es una mujer que él había dejado en su Osuna natal: “Por tres veces me ha pedido / que lo tome por marido, / por tres veces dije ¡no!, / y la causa está en Osuna, morenita de aceituna / que por mí se le olvidó.

Los mayorales intentan consolar sus “noches / de penas mortales” diciéndole que debe centrase en su apellido y su ganadería y pidiéndole encarecidamente que se quite el luto del vestido “porque así no se adivina / que enterraste un ‘te adoro’”.

Aunque el romance entre el torero y la madrina podía haber sido posible porque ambos se querían, la sociedad de la época condicionó sobremanera la actitud de ella, que prefirió rechazarle para mantener su prestigio como ganadera, o quizá fueron sus ideales liberales, quién sabe. La cuestión es que la relación entre ambos no llegó a mayores y genero una poderosa leyenda.

Aunque esta copla la estrenó Concha Piquer en 1953 con el gusto y buen decir al que nos acostumbró, Pasión Vega la volvió a grabar en 1997 con arreglos y dirección de orquesta de Manuel Alonso Borriño, aportando sus particulares formas, con graves plomizos, agudos cristalinos y esa categoría de dama de la canción que la caracteriza. A parte de Concha Piquer, también han hecho versiones destacadas intérpretes como Rosita Ferrer, Pedrito Rico, Emilio el Moro, Pasión Vega, Carlos Vargas o Julita Díaz.

Pedro Pérez Flores bautizó artísticamente a Ana María Alias Vega como Pasión Vega y años más tarde Antonio Banderas la rebautizaría a raíz de su colaboración en “La Reina del Pay-Pay” (2006) como La voz de seda. Es una de las primeras figuras españolas más importantes, siempre manteniendo vigente su matriz que está en la copla y trabajando desde un posicionamiento vital a favor de su origen. Tantos momentos de gloria merencen “un ole en la tienta / por su valentía”.

Vino en un rayo de luna,
de luna del mes de enero;
era un chiquillo de Osuna
que quería ser torero.

Ganadera salmantina,
yo la nombro por madrina,
que, el dinero y el cartel,
si algún día los consigo,
pongo al cielo por testigo
que me caso con usted.

Un ¡ole! en la tienta
por su valentía
y un duende en mis venas
que así me decía:

Ganadera con divisa verde y oro,
ten cuidado,
que el amor no te sorprenda como un toro
desmandado.
Por tu hacienda y tu apellido
se te guarda devoción,
y un clavel en tu vestido
llamaría la atención.
En tus ojos se adivina
la locura de un "te adoro".
Que has de ser como la encina,
ganadera salmantina
con divisa verde y oro.

Ya es un torero de fama,
dinero y categoría,
ya es su pasión una llama
que me ronda noche y día.

Por tres veces me ha pedido
que lo tome por marido,
por tres veces dije ¡no!,
y la causa está en Osuna,
morenita de aceituna
que por mí se le olvidó.

Y son, en mis noches
de penas mortales,
cuchillos las coplas
de mis mayorales:

Ganadera con divisa verde y oro,
dueña mía,
cuánto diera por salvarte de ese toro
de agonía.
Con tu hacienda y tu apellido
ya te sobra en qué pensar
y hasta el luto del vestido
te lo debes de quitar.
Porque así no se adivina
que enterraste un ‘te adoro’
bajo el tronco de una encina,
ganadera salmantina
con divisa verde y oro.

Web de Pasión Vega

3 ene 2011

La caravana de los Reyes


Intérprete: Manuel Lombo
Título: La caravana de los Reyes
Autor: Popular
Disco: Cante, incienso y mirra
Año: 2009



“Algunos comienzos de los temas, con estos arreglos, nos recuerdan a Falla o a Turina, y, sin embargo, otros tienen reminiscencias de la música árabe.”

Manuel Lombo

Este cantaor de Dos Hermanas es un reconocido flamenco, de exquisita puesta en escena y versatilidad vocal.

Su matriz es flamenca porque a lo largo de su carrera ha estudiado bajo la dirección de artistas como Naranjito de Triana y José el de la Tomasa. También ha frecuentado peñas y festivales andaluces, giras internacionales y compañías de baile como la de Rafael Campallo, que han paseado por Méjico, Miami o Nueva York.

Pasión Vega lo amadrinó artísticamente en 2006, actuando ambos en el Metropolitan de Nueva York. Poco después aparecía en el mercado su primer disco, “Manuel Lombo” (2006), al que le seguiría otro inédito “Siete pormenores” (2008) y “Personaje raro” (2010).

En ellos, iniciando una línea flamenca pero atrevida, incluía temas aflamencados, atreviéndose con diferentes palos y haciendo versiones de los reconocidos compositores Miguel Gallardo o Quintero, León y Quiroga. Bulerías, sevillanas o tangos, así como una versión de los “Tangos de la plaza” de Enrique Morente o “Todo el mundo” de Rocío Jurado engordan el grueso de estos primeros años de carrera de el artista nazareno. También temas inéditos, como los del joven compositor Jesús Bienvenido, Juan Luís Ramirez, Enrique Casellas Rodríguez, Ricardo Rivera Mora e incluso alguna composición propia, sin olvidar algunas sevillanas de Manuel Pareja Obregón.

“Mi primera actuación en público, en el coro parroquial, fue a los cinco años con un villancico.”

Manuel Lombo


Ocupando el tercer puesto entre los discos de su carrera, se encuentra “Cante, incienso y mirra” (2009). El título del álbum sustituye el oro por el cante y recupera muchos villancicos populares jerezanos como “El ayayay”, “En el portal de belén”, “Al Rey de los cielos” o el “Villancico del gloria”.

Interesado en esta música popular, de temática religiosa y cristiana, Manuel Lombo también intercaló esos villancicos populares con algunos totalmente desconocidos y otros inéditos.

“Hemos escogido los villancicos que siempre me han acompañado. También hemos intentado rescatar alguna pieza antigua, como La caravana de los Reyes, que es una auténtica joya, tanto por lo musical como también por la letra. Pero, en general, son villancicos que yo he conocido siempre.”

Manuel Lombo

“La Caravana de los Reyes” es un villancico tan desconocido como hermoso, que conserva cierto aire lírico y sinfónico de principios del siglo XX. Está inspirada en el relato bíblico que cuenta que tres magos de Oriente llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, acuden a la ciudad de Belén siguiendo una estrella para hacer una ofrenda de riqueza simbólica con oro, incienso y mirra, al recién nacido hijo de Dios.

El poema, que se desarrolla en el viaje en caravana que estos magos hacen a Belén, confiesa las ganas y la ilusión por llegar con insistentes “¡Arre!”, “¡A prisa!”, “¡Anda!”, “¡Vamos!”, “¡Dale!” o “¡Corre corre, galopa, vuela!” que dirigen a los animales.

En su particular visión del relato, la letra dice que los magos de Oriente van acompañados de noventa pajes. Los “tres personajes” se describen con “crines de oro”, “barbas de Santo, túnica larga” y “rostro felino”. Del mismo modo los animales sobre los que van montados llevan “frenos de plata” y “bridas de seda”.

Estos tres jinetes magos procedían de distintas tierras. Es curioso porque aunque el villancico habla de un “jinete moro” y de un “jinete blanco” (como relata el mito popular en nuestros días), también cita a un “jinete chino”, lo cual es bastante peculiar. Según ciertas interpretaciones, estos magos fueron considerados originarios de Europa, Asia y África respectivamente, por lo que el jinete blanco haría referencia a Melchor, el chino a Gaspar y el moro a Baltasar.

También hay que decir que el único relato bíblico en el que se citan estos personajes, el Evangelio de Mateo, no especifica sus nombres, ni el número de magos, ni su título reyes. Todo el imaginario referente a ellos, pertenece a la posterior y lenta construcción de un mito con sus muchas y peculiares variantes.

En cualquier caso la historia ha convenido en que son tres (en el siglo V el Papa León I estableció oficialmente su número en tres, porque tres eran las ofrendas que se citaban en el Evangelio), tres “magos de la buena estrella” que camino hacia esa “rosa de mayo” montan una caravana de casi un centenar de hombres, con caballos y camellos a los que piden correr y volar para adorar al hijo de María.

En España, estos reales magos, son recibidos cada tarde del 5 de enero en cabalgata y con su caravana de pajes, carrozas y acompañantes. Durante la madruga del 5 al 6 -tanto en España como en otros países de hispanoamérica que adoptaron sus costumbres, como Argentina, México, República Dominicana, Puerto Rico o Uruguay-, estos magos visitan todas las casas para depositar en ellas regalos, igual que lo hieran con su ofrenda al niño Jesús.

Manuel Lombo aporta con su voz a esta pieza aires flamencos. Vestida de guitarras españolas, percusiones y arreglos de cámara, se erige majestuosa la bellísima obra que rescató en su “Cante, incienso y mirra” para contarnos el trayecto de los tres hombres reales.

A las puertas de tan insigne visita y con la ilusión de que ante todo nos rocien de prosperidad para seguir creciendo dignamente como seres humanos, el niño que siempre llevamos dentro grita a esa vieja tropa que caravanea: “¡Arre!”, “¡Dale!”, “¡Vamos!”, “Anda caravana... ¡A prisa! / ¡Que Belén ya se divisa! / ¡Corre corre, galopa, vuelva / picando espuelas a tu corcel!”.

¡Arre caballo! Viva ese niño
rosa de mayo ¡Arre!

¡Arre caballo! Viva ese niño
rosa de mayo. ¡Arre!

¡Trota camello! Viva la Virgen
de rostro bello. ¡Arre!

¡Trota camello! Viva la Virgen
de rostro bello. ¡Arre!

Anda caravana... ¡A prisa!
¡Que Belén ya se divisa!
¡Corre corre, galopa, vuelva
picando espuelas a tu corcel!

Tres personajes, y en su cortejo
noventa pajes. ¡Dale!

Crines de oro, frenos de plata,
jinete moro. ¡Anda!

Barbas de Santo, túnica larga,
jinete blanco. ¡Vamos!

Rostro felino, bridas de seda,
jinete chino. ¡Vino!

Magos de la buena estrella…
¡Adorad a la más bella!
Regía tropa caravanea
y quién pudiera contigo ir.

Anda caravana... ¡A prisa!
¡Que Belén ya se divisa!
¡Corre corre, galopa, vuelva
picando espuelas a tu corcel!

¡Arre caballo! Viva ese niño
rosa de mayo ¡Arre!

Web de Manuel Lombo
Video de Manuel Lombo cantando “La caravana de los Reyes”