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3 feb 2010

Más sola que la una


Intérprete: Rocío Jurado
Título: Más sola que la una
Letra: Rafael de León
Música: Juan Solano
Disco: Canciones de España
Año: 1988

Tú eres el sueño del alba,
la sábana de la aurora,
desnuda a la madrugada.

Canta Rocío del mar,
rocío primero de la mañana.
Ansias de los lentos barcos,
viento que llega y no pasa.

Canta, quédate en el sueño,
quédate para siempre y no te vayas.
Rocío del mar de Cádiz,
faro que nunca de apaga.

Canta siempre, amor, Rocío.
Canta, canta, canta, canta…

Rafael Alberti

Así retrató Rafael Alberti a Rocío Jurado. El poeta del Puerto de Santa María no se equivocó afirmando de la artista de Chipiona que era “ansia de los lentos barcos”. Rocío Jurado supo defender como nadie la copla; recuperarla, revolucionarla, evolucionarla y transgredirla hasta convertirla en algo diferente, distinto y fresco.

El 9 de diciembre de 1982 muere en Madrid el poeta Rafael de León. Con su muerte, deja parcialmente huérfano un género que durante más de medio siglo había bebido de su obra.

Para la fecha, Rocío Jurado ya había triunfado en más de medio mundo. Desde 1976 había venido grabando muchos de los éxitos que para ella compusiera el genial Manuel Alejandro. Títulos como “A que no te vas”, “La querida”, “Si amanece”, “Lo siento mi amor”, “Mi amante amigo”, “Si te habla de mí”, “Señora”, “Ese hombre”, “Algo se me fue contigo”, “Se nos rompió el amor”, “Vibro”, “Paloma brava” o “¿Dónde estás amor?” fueron la continuación a una discografía que comenzó en la copla más tradicional (1969), con Rafael de León y Juan Solano, y a la que se añadieron progresivamente autores como José Antonio Ochaíta, García Tejero, Bazán o Bourbon.

Estas firmas aportaron títulos nuevos al género con sonidos modernistas, haciendo una copla verdecida y renovada (1969-1975). Destacamos de esta etapa de Rocío “Tengo miedo”, “Mi amigo”, “¡Dolo… o… res!”, “¡Decir Sevilla!”, “Un clavel”, “Con ruedas de molino”, “Cuchillo y espada”, “Cinco corazones verdes”, “Amor marinero”, “Mira, mira, mira”, “Dímelo”, “Aburrida estaba yo”, “Soy de España”, “Tus cinco toritos negros” o “Vamos a dejarlo así”.

A pesar del trabajo revolucionario que la artista de Chipiona llevó a cabo en su música más identitaria, siempre alternó su discografía con la copla, clásica o inédita. Así, encontramos a lo largo de su carrera discos que han hecho referencia directa a ella. Obviando su primera etapa, en la que también editó “Proceso a una estrella” (1970); un disco en el que retrata clásicos, destacan en este aspecto “Canciones de España (I)” (1981), “Y sin embargo te quiero” (1983), “Canciones de España (II)” (1988), “La Lola se va a los puertos” (1993) o “Con mis cinco sentidos” (1998).

El disco al que recurrimos hoy es un exquisito trabajo íntimamente ligado a nuestro género. Podemos decir de él que es el último disco de copla, inédito, íntegramente escrito por Rafael de León. Como hemos citado anteriormente, este muere en 1982. A mediados de los 80 Juan Solano, decide musicalizar muchos de los versos que León dejó escritos. Sucedería en este sentido lo mismo que cuando poeta y músico se conocieran; Juan Solano acudió a Rafael de León habiendo musicalizado alguno de sus sonetos, entre ellos “Mi amigo”, “Poema de mi soledad” o “Con ruedas de molino”. Al escuchar tal fantasía, el poeta sevillano debió quedar tan maravillado que decidió trabajar conjuntamente con el músico cacereño y crear un patrimonio tan extenso como exquisito para la copla.

La sentida ausencia de Rafael de León no se echa en falta en “Canciones de España (II)” (1988). El poeta está más presente que nunca a través de su reconocible forma de disponer la poesía. Juan Solano, introdujo en este disco una vanguardia musical de tal calibre, que clasicismo y contemporaneidad se aunaron para dar como resultado títulos tan fortuitos como “Pastora Imperio”, “La Yerbabuena”, “La mujer del torero”, “Compañero mío” o “La Clavela”. Al mismo tiempo, la etapa de Rocío Jurado con Manuel Alejandro y su cadencia baladista se hacen notar, imbuyendo la copla en una forma hacerla, medida y certera.

Cuentan que este trabajo estaba pensado para la voz de Isabel Pantoja. Cuentan también que la copla “La mujer del torero” esta inspirada en su vida. Finalmente la sevillana no fue la elegida, dicen, por problemas de ventas con sus anteriores discos, algo que debemos desmentir ya que “Marinero de luces” (1985) fue el disco más vendido de su carrera y “Desde Andalucía” (1987) el segundo. Posiblemente toda esta información forme parte del mito de ambas artistas, de su supuesta rivalidad (aunque eran grandes amigas y entre ellas existía verdadera admiración mutua) y debamos observarlo simplemente como leyenda. Rocío Jurado declara al respecto de "La mujer del torero":

"Quiero ser compañera, quiero ser amiga. Ya tenemos bastantes cosas de las que huir, de las que curarnos, como para que encima nosotros, los compañeros, tengamos que tirarnos. Jamás he tirado a ningún compañero mío, ni lo voy a hacer. Esa canción está hecha antes que se muriera Rafael de León y se murió en el 82. Está claro que la canción estaba hecha para mí."

Rocío Jurado

La copla de hoy narra la historia de una prostituta que suplica al hombre que la besó que no vuelva a su lado, pidiéndole ser condenada al olvido. Es hermoso el momento en el que la mujer se confiesa diciéndole: “El farol y la neblina / y el Café que hay en la esquina / te dirán mi condición”. El enredo, gana con cualquiera de los graves plomizos de la voz de La más grande, suficientemente sugestivos como para que caigamos rendidos. Después de haber dejado marcada en la memoria de nuestros huesos toda su capacidad vocal, que en estas coplas es medida, administrada y justa para retratar lo dispuesto, la chipionera nos abduce con la calidad invertida en este disco. Con producción de Luís Sanz, Rocío Jurado lo dedica a la memoria del poeta más importante que ha tenido la copla: “… a mi querido Rafael de León”.

No me pidas que te explique
el motivo y la razón
de porque me voy a pique
cada noche, corazón.

El farol y la neblina
y el Café que hay en la esquina
te dirán mi condición.

No vuelvas a mi lado
que el beso que te he dado
ni en los labios los sentí.
Ha sido sólo eso,
un pobre y triste beso
que esta noche te vendí.
Olvídate de mi amor,
que no es amor, ni verdad,
y no recuerdes la flor de mi maldad.

Condéname al olvido,
por Cristo te lo pido
y no vuelvas por aquí.

Déjame sola, muy sola,
fumando junto a esta farola,
que es mejor para ti.

Cada piedra de la calle,
cada sombra de rincón,
pueden darte algún detalle
de mis horas de pasión.

Y porqué bajo la luna
voy más sola que la una,
deshojando mi canción.

No vuelvas a mi lado
que el beso que te he dado
ni en los labios los sentí.
Ha sido sólo eso,
un pobre y triste beso
que esta noche te vendí.
Olvídate de mi amor,
que no es amor, ni verdad,
y no recuerdes la flor de mi maldad.

Condéname al olvido,
por Cristo te lo pido
y no vuelvas por aquí.
Déjame sola, muy sola,
fumando junto a esta farola,
que es mejor para ti.


Web de Rocío Jurado

3 comentarios:

  1. Oleee que copla más bonita y que bien la canta Rocio !!!
    Que arte que tiene.
    Felicidades

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  2. Fantástico trabajo! me estoy enganchando a tu blog. Este disco (soy muy antigua y sigo diciendo disco) lo he escchado muchísimo,cuando salió me lo regalaron y no paraba de oirlo...me encanta,es una joya.
    Gracias por tus visitas y comentarios.
    Como verás, hay alguna que otra copla donde no figura el autor, sencillamente porque no sé quien la compuso, si te tropiezas con alguna y sabes el autor, te agradeceria me lo dijeras.
    Gracias de nuevo y un abrazo.
    Manu.

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  3. Muchísimas gracias Manu. Me alegro de que navegues por el blog e investigues. Para mí es un placer.

    Hoy mismo he venido escuchando este disco de camino a casa y he pensado lo mismo, que es uno de esos trabajos que las nuevas generaciones no pueden pasar sin conocer. Mientras escuchaba "Compañero mío" pensaba en el cuplé, en las operetas de las que deriva la copla, en los personajes populares de una Andalucía pasada, en los espectáculos de principios de siglo en los Cafés Cantantes... Rocío Jurado aporta unas cadencias operísticas, de gospel o de balada internacional del siglo XX a este trabajo que abren la copla a la universalidad. Con esos graves plomizos, esas aperturas de garganta y esa dicción magnífica, mezclada con los pellizcos y los quejidos más arraigados... a mí personalmente me eriza la sangre. Es absolutamente impresionante.

    Por cierto, la referencia a la palabra "disco" es preciosa, yo también la utilizo, pero también creo oportuno dirigirme a ciertos trabajos de copla como "cedé", por liberar la copla de clichés y por que este es el género que mejor se adapta a las contingencias de nuestro tiempo. De hecho, sin beber de ellas, la copla, dejaría de ser copla.

    Seguiré pasándome por tu blog porque es de los más interesante que hay con respecto a la copla (intercalando clásicos con piezas actuales), sencillo y sin aspavientos ni arquetipos. En la medida en la que pueda colaboraré, no lo dudes.

    Un abrazo grande Manu. Me alegra que nos vayamos encontrando en cada entrada y espero que así sea por mucho tiempo.

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