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25 oct 2009

El uvero


Intérprete: Miguel Poveda
Título: El uvero
Autor: Popular / Adapt. Miguel Poveda
Disco: Zaguán
Año: 2001

Zaguán es el flamenco más duro, innovador y potente de un cantaor en plena forma”. Así comienza el prólogo de presentación de “Zaguán” (2001), el tercer disco de estudio de Miguel Poveda. Junto a la guitarra de Juan Gómez Chicuelo, el cantaor catalán pasea por muchos de los palos clásicos del flamenco más puro para darle un giro más a cada interpretación, a cada conocimiento sabido, conjugando innovación y clasicismo en cada una de las piezas. Tangos, fandangos, bulerías, bulerías de Jerez, tarantos, cantiñas, soleás o livianas caminan de la voz del cantaor badalonés, revolucionario, admirado por puristas e innovadores en cualquiera de sus registros.

“El uvero” es un pregón. Es muy poca la importancia que se le da al pregón como estilo o palo del flamenco. Sabido es que el vendedor ambulante gitano creaba sus propias estrategias para vender sus mercancías. Una de ellas fue el aflamencamiento de estos pregones que más tarde harían su aportación a la formación de los estilos del cante. El mirabrás y los caracoles, también surgieron de algunos de estos pregones.

Fue el gaditano del barrio La Viña, Francisco Gabriel Díaz Fernández (1897-1947), de apodo
Macandé (palabra que usaban los gitanos extremeños como sinónimo de loco o chalado) quien creó un pregón que hizo furor en la Cádiz de su época.

Han dejado registrados pregones artistas como Manuel Vallejo ("Llegó el frutero" y "El manisero"), el Niño de las Moras ("Pregón de Zapico"), Pepe Pinto ("El florero montañés"), El Lebrijano y María La Perrata ("El Tío de la Alhucema", pregón por bulerías), José Menese ("Pregón y saeta") o Marina Heredia ("De antaño" donde mezcla trilleras con pregones). Manolo Caracol también hizo su aportación grabando a duo con su hijo Enrique “Pregones sevillanos”, también conocidos como “Pregones de la uva”.

El pregón que en esta mañana de domingo se erige en nuestro escenario relata las súplicas de un uvero que con escuetos versos, pregonados, pide a la Virgen de la Esperanza que repare en su trabajo, el fruto de su viña, el vino. Miguel Poveda grabó esta pieza con ciertas reminiscencias a “Pregones de la uva” y sostiene el pregón sobre un órgano que lo envuelve en una profunda religiosidad.

Uvitas negras de los Palacios
comen las niñas, dulce y despacio.
Vuelve la cara, repara y mira,
que es más buena
mi carga que las de su viña:
el uvero endeble.

La Virgen de la Esperanza
ha regaíto mi viña.
Mi esperancilla sal a la puerta
y cómprame el vino que es muy bueno;
el uvero…

Web de Miguel Poveda

1 comentario:

  1. Da igual que Miguel se tire por unos u otros palos porque todo lo que hace es muy bueno. Vuelve la cara, repara y mira...

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