Intérprete: Martirio
Título: Locura de mi querer
Autor: M. Gordillo / A. Molina Molés
Disco: Acoplados
Año: 2004
“Martirio es un personaje especial que he creado con ayuda de mucha gente. Ella simboliza el futuro, la esperanza, un personaje abierto sin prejuicios, que busca y quiere comunicar, mientras vive por la pasión y el amor. Es un personaje que me permite sacar ese otro yo capaz de hacer cosas más fuertes que la simple Maribel Quiñones”
Martirio
Concluía una etapa pura para la copla. Sus autores, empezaban a hacerse mayores y daban los últimos coletazos en un panorama complejo. Una España recién salida de la dictatura de Franco se habría al mundo rechazando lo intrahistórico (que diría Unamuno), anhelando convertirse en el país más progre y moderno de una Europa que vivía a años luz por delante de nosotros. Comenzaba a ser la copla un género facha y casposo, ligado injustamente al franquismo (por coincidir en época con él, aunque no debemos olvidar que nació en la República, entre 1920 y 1930, antes de la Guerra Civil Española) y ligado también a un folclorismo de pandereta y volante, que no iban más allá del Viva la Virgen y el Olé.
Corrían los años 80. Carlos Cano ya había empezado a poner en píe su canción protesta con raíz en el pueblo. Rocío Jurado comenzaba a grabar sus primeros temas con Manuel Alejandro después de una etapa en la copla mecida entre la pureza y la innovación (1969-1976) que vistió con traje de noche, incluso de Balenciaga. Isabel Pantoja se mantenía reivindicativa con su pelo largo y sus batas de cola, grabando las últimas coplas que escribieron para ella Rafael de León y Juan Solano, impregnadas en tintes frescos y modernistas. O Bambino, que se atrevía a hacer una copla flamenca y nueva, evolucionada y revolucionaria, desde sus particulares facultades interpretativas.
No hay que olvidar que en los años 80 estallaba la Movida Madrileña y con ella una estética punck, rock, hippie, desde la que también tenemos que mirar el trabajo de la copla.
La cuestión es que en 1981 una joven María Isabel Quiñones comenzaba su carrera como cantante en el grupo Jarcha. Tras su paso por él y gracias al producto Martirio que idearon entre ella y Kiko Veneno, María Isabel Quiñones se convirtió en “Martirio”, una de las piezas fundamentales para entender la copla de transición en una España que pasaba, como bien dice la artista, del arado a internet a una velocidad vertiginosa. En la década de los 80 y 90, junto a Carlos Cano, fueron ambos quienes iniciaron la recuperación y reivindicación de un “tesoro popular” (dirá posteriormente Martirio) que había pasado a las arcas del olvido.
Su puesta en escena, característica, magnífica y digna de mención donde las haya, erizó las opiniones de muchas de sus compañeras de profesión. El personaje “Martirio” indagó en la mitología del género, en sus signos populares, y a través de su indumentaria, en un momento en el que la España progresista veía la copla como algo casposo y pretérito, parodió la vergonzante e irrisoria caricatura en la que la situación social y política -y muchos de sus propios compañeros de profesión-, habían convertido la copla (el lamentable dolor, los aspaviento asqueantes y exagerados, los garganteos gratuitos y sin justificación…).
De este modo Martirio salía a escena con una peineta de más de medio metro cuya silueta representaba la Giralda de Sevilla, otras en las que se apreciaban los rascacielos de Nueva York, o en sus trajes, lo mismo denunciaba a través de unos ladrillos dorados la especulación urbanística que imprimía un toro negro de Osborne sobre un traje rojo.
“Vestidos, peinetas, gafas, abanicos… dan pié, desde la estética, a un recorrido por el sentimiento, la memoria, la fantasía, la ternura, la ironía y el desahogo de una época puente que ha pasado del arado a internet en un vértigo de montaña rusa”
Maribel Quiñones / La vuelta a Martirio en 40 trajes
Sus gafas de sol (que dicen que ocultan unos ojos verdes preciosos), cortan radicalmente con los divismos de sus compañeras de época, y su música, en los años 80, “quería chillar que las mujeres tenían su sitio, su libertad, su economía”. Así una Martirio que retrataba la vida cotidiana de una mujer ama de casa y desesperada en una sociedad todavía machista, daba forma a piezas como “Sevillanas de los bloques” o “Estoy mala”.
Con el tiempo su música ha ido evolucionando. Las cadencias de su copla se sustentan en el jazz, la bossa, el rock, el swing, el rap o los sonidos árabes, buscando una unión entre lo hispano, lo anglosajón y lo latinoamericano.
La copla de hoy pertenece a un disco de clásicos que Martirio hizo junto al músico pianista Chano Dominguez titulado “Acoplados” (2004). En él revisa temas populares como “El agüita del querer”, “Torre de arena”, “Te lo juro yo”, “Me embrujaste”, “La bien pagá” u “Ojos verdes”. La artista onubense viste las piezas con arreglos jazzísticos, porque como el flamenco, el jazz es una música pura (dirá en alguna ocasión) y pone en pié magníficas versiones como “Compuesta y sin novio”, “Torre de arena”, “Locura de mi querer”, “Dicen” o “Nana vidalita de filigranas”.
Marifé de Triana estrenaba en un LP de cuatro piezas en 1958 “Locura mi querer”. Los temas de los primeros discos de la artista de Burguillos estaban compuestos por Manuel Gordillo, el músico Andrés Molina Molés, Pedro Llabrés o el Maestro Sarmiento. De la unión de algunos de estos nacieron éxitos como “Torre de arena”, “Antonio Romance”, “Frasquita romero”, “La emperaora”, “La ventolera”, “En una esquina cualquiera”, “La sombra vendo”, “Que me perdone Dios”, “Marquesita de la estrella”, “Lola alegrías”, “Clavá en mi amargura”, “Rejón de muerte”, y por supuesto “Locura de mi querer”. El propio Manuel Gordillo educó artísticamente a Marifé y escribió para ella muchos de sus éxitos en los inicios. El compositor dirigió sus primeros pasos y ella respondió otorgándole notoriedad como compositor desde la categoría que imprimió a sus piezas.
Martirio en “Acoplados” (2004) hace una magnífica versión imbuyéndola en los sonidos negros del jazz y el swing, diciéndola e interpretándola de manera magistral. Habrá que reconocerle entonces a Martirio haber abierto la copla a los sonidos del mundo y haber hecho la copla que pertenece a su tiempo.
Dicen que soy para los hombres tristeza y castigo
y aunque lo sabes tú quieres casarte conmigo.
Yo sólo puedo ofrecerte la vida que tengo
y un ansia de amores,
pero eres tú de esos hombres que buscan venero,
veneno en las flores.
Corazón… ¡Ay qué pena me das corazón!
No distingues al Rey del mendigo.
Si te entregas con firme pasión…
¿Dónde está la razón para que jueguen contigo?
Malas lenguas me dicen “La loca”
por esta locura que al verte me ciega.
Mal fin tenga la lengua cobarde
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos
y tú una muralla de firme roca.
¡Ay, mi rosa en el suelo!
¡Ay, mi vida en tu boca!
Qué me importa que el mundo
por darme tormento me diga “La loca”.
Yo siempre fui presumiendo de haberte querido
y ahora eres tú quien separa tu nombre del mío.
Cuando tus labios de fuego en vez de besarme
quemaron mi boca,
los potros de mis sentidos se me desbocaron
volviéndome loca.
Corazón… fierecilla que un hombre mató.
¡Ya estás sólo con tu desventura!
No te extrañe que a este dolor,
al morirse de amor, se le llame locura.
Malas lenguas me dicen “La loca”
por esta locura que al verte me ciega.
Mal fin tenga la lengua cobarde
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos
y tú una muralla de firme roca.
¡Ay, mi rosa en el suelo!
¡Ay, mi vida en tu boca!
Qué me importa que el mundo
por darme tormento me diga “La loca”.
Video de Martirio cantando “Locura de mi querer”
Título: Locura de mi querer
Autor: M. Gordillo / A. Molina Molés
Disco: Acoplados
Año: 2004
“Martirio es un personaje especial que he creado con ayuda de mucha gente. Ella simboliza el futuro, la esperanza, un personaje abierto sin prejuicios, que busca y quiere comunicar, mientras vive por la pasión y el amor. Es un personaje que me permite sacar ese otro yo capaz de hacer cosas más fuertes que la simple Maribel Quiñones”
Martirio
Concluía una etapa pura para la copla. Sus autores, empezaban a hacerse mayores y daban los últimos coletazos en un panorama complejo. Una España recién salida de la dictatura de Franco se habría al mundo rechazando lo intrahistórico (que diría Unamuno), anhelando convertirse en el país más progre y moderno de una Europa que vivía a años luz por delante de nosotros. Comenzaba a ser la copla un género facha y casposo, ligado injustamente al franquismo (por coincidir en época con él, aunque no debemos olvidar que nació en la República, entre 1920 y 1930, antes de la Guerra Civil Española) y ligado también a un folclorismo de pandereta y volante, que no iban más allá del Viva la Virgen y el Olé.
Corrían los años 80. Carlos Cano ya había empezado a poner en píe su canción protesta con raíz en el pueblo. Rocío Jurado comenzaba a grabar sus primeros temas con Manuel Alejandro después de una etapa en la copla mecida entre la pureza y la innovación (1969-1976) que vistió con traje de noche, incluso de Balenciaga. Isabel Pantoja se mantenía reivindicativa con su pelo largo y sus batas de cola, grabando las últimas coplas que escribieron para ella Rafael de León y Juan Solano, impregnadas en tintes frescos y modernistas. O Bambino, que se atrevía a hacer una copla flamenca y nueva, evolucionada y revolucionaria, desde sus particulares facultades interpretativas.
No hay que olvidar que en los años 80 estallaba la Movida Madrileña y con ella una estética punck, rock, hippie, desde la que también tenemos que mirar el trabajo de la copla.
La cuestión es que en 1981 una joven María Isabel Quiñones comenzaba su carrera como cantante en el grupo Jarcha. Tras su paso por él y gracias al producto Martirio que idearon entre ella y Kiko Veneno, María Isabel Quiñones se convirtió en “Martirio”, una de las piezas fundamentales para entender la copla de transición en una España que pasaba, como bien dice la artista, del arado a internet a una velocidad vertiginosa. En la década de los 80 y 90, junto a Carlos Cano, fueron ambos quienes iniciaron la recuperación y reivindicación de un “tesoro popular” (dirá posteriormente Martirio) que había pasado a las arcas del olvido.
Su puesta en escena, característica, magnífica y digna de mención donde las haya, erizó las opiniones de muchas de sus compañeras de profesión. El personaje “Martirio” indagó en la mitología del género, en sus signos populares, y a través de su indumentaria, en un momento en el que la España progresista veía la copla como algo casposo y pretérito, parodió la vergonzante e irrisoria caricatura en la que la situación social y política -y muchos de sus propios compañeros de profesión-, habían convertido la copla (el lamentable dolor, los aspaviento asqueantes y exagerados, los garganteos gratuitos y sin justificación…).
De este modo Martirio salía a escena con una peineta de más de medio metro cuya silueta representaba la Giralda de Sevilla, otras en las que se apreciaban los rascacielos de Nueva York, o en sus trajes, lo mismo denunciaba a través de unos ladrillos dorados la especulación urbanística que imprimía un toro negro de Osborne sobre un traje rojo.
“Vestidos, peinetas, gafas, abanicos… dan pié, desde la estética, a un recorrido por el sentimiento, la memoria, la fantasía, la ternura, la ironía y el desahogo de una época puente que ha pasado del arado a internet en un vértigo de montaña rusa”
Maribel Quiñones / La vuelta a Martirio en 40 trajes
Sus gafas de sol (que dicen que ocultan unos ojos verdes preciosos), cortan radicalmente con los divismos de sus compañeras de época, y su música, en los años 80, “quería chillar que las mujeres tenían su sitio, su libertad, su economía”. Así una Martirio que retrataba la vida cotidiana de una mujer ama de casa y desesperada en una sociedad todavía machista, daba forma a piezas como “Sevillanas de los bloques” o “Estoy mala”.
Con el tiempo su música ha ido evolucionando. Las cadencias de su copla se sustentan en el jazz, la bossa, el rock, el swing, el rap o los sonidos árabes, buscando una unión entre lo hispano, lo anglosajón y lo latinoamericano.
La copla de hoy pertenece a un disco de clásicos que Martirio hizo junto al músico pianista Chano Dominguez titulado “Acoplados” (2004). En él revisa temas populares como “El agüita del querer”, “Torre de arena”, “Te lo juro yo”, “Me embrujaste”, “La bien pagá” u “Ojos verdes”. La artista onubense viste las piezas con arreglos jazzísticos, porque como el flamenco, el jazz es una música pura (dirá en alguna ocasión) y pone en pié magníficas versiones como “Compuesta y sin novio”, “Torre de arena”, “Locura de mi querer”, “Dicen” o “Nana vidalita de filigranas”.
Marifé de Triana estrenaba en un LP de cuatro piezas en 1958 “Locura mi querer”. Los temas de los primeros discos de la artista de Burguillos estaban compuestos por Manuel Gordillo, el músico Andrés Molina Molés, Pedro Llabrés o el Maestro Sarmiento. De la unión de algunos de estos nacieron éxitos como “Torre de arena”, “Antonio Romance”, “Frasquita romero”, “La emperaora”, “La ventolera”, “En una esquina cualquiera”, “La sombra vendo”, “Que me perdone Dios”, “Marquesita de la estrella”, “Lola alegrías”, “Clavá en mi amargura”, “Rejón de muerte”, y por supuesto “Locura de mi querer”. El propio Manuel Gordillo educó artísticamente a Marifé y escribió para ella muchos de sus éxitos en los inicios. El compositor dirigió sus primeros pasos y ella respondió otorgándole notoriedad como compositor desde la categoría que imprimió a sus piezas.
Martirio en “Acoplados” (2004) hace una magnífica versión imbuyéndola en los sonidos negros del jazz y el swing, diciéndola e interpretándola de manera magistral. Habrá que reconocerle entonces a Martirio haber abierto la copla a los sonidos del mundo y haber hecho la copla que pertenece a su tiempo.
Dicen que soy para los hombres tristeza y castigo
y aunque lo sabes tú quieres casarte conmigo.
Yo sólo puedo ofrecerte la vida que tengo
y un ansia de amores,
pero eres tú de esos hombres que buscan venero,
veneno en las flores.
Corazón… ¡Ay qué pena me das corazón!
No distingues al Rey del mendigo.
Si te entregas con firme pasión…
¿Dónde está la razón para que jueguen contigo?
Malas lenguas me dicen “La loca”
por esta locura que al verte me ciega.
Mal fin tenga la lengua cobarde
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos
y tú una muralla de firme roca.
¡Ay, mi rosa en el suelo!
¡Ay, mi vida en tu boca!
Qué me importa que el mundo
por darme tormento me diga “La loca”.
Yo siempre fui presumiendo de haberte querido
y ahora eres tú quien separa tu nombre del mío.
Cuando tus labios de fuego en vez de besarme
quemaron mi boca,
los potros de mis sentidos se me desbocaron
volviéndome loca.
Corazón… fierecilla que un hombre mató.
¡Ya estás sólo con tu desventura!
No te extrañe que a este dolor,
al morirse de amor, se le llame locura.
Malas lenguas me dicen “La loca”
por esta locura que al verte me ciega.
Mal fin tenga la lengua cobarde
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos
y tú una muralla de firme roca.
¡Ay, mi rosa en el suelo!
¡Ay, mi vida en tu boca!
Qué me importa que el mundo
por darme tormento me diga “La loca”.
Video de Martirio cantando “Locura de mi querer”
Hola!!!
ResponderEliminarSalvadOR!!!
ya sabes kien sOii nO´?
jeje
te as currao esta entrada de "LOCURA DE MI QUERER"
k waiii
asias por esistir ai k ber de lo k se entera uno....
weno k sigas asi i k eres el mejor aahh y debes de dar clases de cOpla!!
:DDDaas una academiia:)(LL)
FRANCISCO MIRALLES:D
Enhorabuena por este blog!!! Sigue luchando por tus sueños, ojala lo consigas!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias "anónimo". Hay que ver las cosas tan hermosas que me escribís últimamente. Qué buena gente!
ResponderEliminarSucede que alcanzar los sueños no depende exclusivamente de uno mismo; la vida y las circunstancias (las contingencias que diría yo...) son mucho más complejas y a veces uno tiene que asumir ciertas limitaciones. De todos modos, no dejo de luchar por ellos (aunque concretamente no sé a qué te refieres, supongo que a mis aspiraciones coplerísticas...). Que por luchar no sea, y si tenemos que perder perderemos (nunca rendirnos), pero con toda la dignidad.
Si te apetece, nos seguimos viendo por el blog. Un abrazo grande para ti y ojala que tú también consigas (o estés viviendo) los tuyos.
Hola Limosna de amores! sí, hemos coincidido en esta copla, una amiga me la pidio el otro dia y no me habia dado cuenta que la habias publicado tú.
ResponderEliminarSiempre hay que luchar por los sueños, si no lo hacemos ¿que nos queda?
Saludos
Claro que sí Luna, y yo feliz de que ambos publiquemos esta preciosidad de Molés y Gordillo. Un abrazo grande.
ResponderEliminarhola buenas noches a todos es precioso lo que haceis un beso muy grande
ResponderEliminarGracias "Anónimo". Agradecido estoy yo por contar con el placer de vuestras visitas. Otro beso muy grande para ti.
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